Pasaron las horas y ninguno del grupo apareció, por lo tanto decidí regresar a mi casa para esperar al próximo fin de semana. Al llegar al estacionamiento donde se encontraba mi coche, un ciclista de XC se me acercó para preguntarme si utilizaba mi bici; una Banshee Scream para Freeride, en la pista de Freeride y que si sabia en donde se encontraba. Del cual le conteste que yo era uno de tantos de los que construía las pistas. A lo que el me dijo que le encantaba el freeride y que le gustaría echarnos la mano para construir algunas cosas, ya que el había vivido en Alemania y allá también habían pistas de este tipo.
Sin más que decir, acordamos vernos el próximo fin para que conociera a los del grupo y enseñarle la pista. Esto me daba mucha satisfacción ya que la pista empezaba a ser reconocida y varias personas estaban interesadas en participar.
Para dentro de dos fines de semana, yo tuve que volar a Torreón por causa de fuerza mayor y no pude asistir a las hojas, pero recibí una llamada de Alfonso avisándome que el Wallride, y los drops estaban destruidos, quedándome mudo y sorprendido al escuchar tan mala noticia.
Pasada la semana fui a ver la pista y en efecto estaba destruida, al ver esto me dio tanto coraje porque tanto tiempo de trabajo se había tirado a la basura.
Inmediatamente le escribí a Edgar para avisarle de lo sucedido, ya que el todavía se encontraba en Seattle; así como también a todo el grupo, el próximo fin sin más que hacer, me dedique a buscar al disque cuidador del terreno, ya que a el le pagábamos una lana para que lo cuidara; pero ese día no tuve tanto éxito.
Un día que estábamos brincando Beto, Marco y Yo en la pista, se nos acerco el supuesto cuidador del terreno, el cual le dije
- Porque permitiste la destrucción de las rampas. A la que el me contesto
– Yo las destruí, ya que en una ocasión los vi y ustedes se escondieron para no pagarme (que eran como 2 meses de atraso).
Pero lo que él no sabía y que luego le reclame, fue que para esas fechas nosotros nos encontrábamos en Vancouver. Sin más cosas que discutir le dije que me permitiera pagarle lo que le debíamos, pero que a su vez me dejara pagarle menos de lo acordado, ya que para esas fechas varios del grupo habían decidió tomar rumbos distintos y me era difícil conseguir la lana. A lo que el me contesto,
-No puedo recibir menos de lo acordado. Y si no me pegan, entonces seguiré destruyendo la pista.
Para ese entonces Edgar ya había planeado el irse a vivir a Seattle y solo regresaría a México para terminar con su carrera y recoger sus cosas.
Bernardo había decidido vender su bici de Freeride y dedicarse al Trial.
Rodrigo se dedico de lleno a la escuela de Cinematografía y dejo de ir.
Jorge tuvo un problema en la columna y tuvo que dejar de rodar un rato.
Paco se dedico de lleno al Street.
Y pues los únicos que quedábamos eran Beto, Alfonso y yo.
Platique con Beto y Marcos para ver si podíamos juntar la lana; a lo que ellos opinaron, que era muy poco probable juntarla; por lo que tuvimos que decirle a Tovar (El supuesto cuidador) que me dejara platicar con los demás del grupo para ver que hacíamos al respecto.
Por mayoría decidimos dejar de pagarle a Tovar y llevarnos la madera a otro lado, pero la pregunta era: ¿a donde y cuando iríamos por todo?. A Tovar se le dijo de la decisión del grupo y se le pidió que no desmontara nada hasta que fuéramos nosotros. Pasaron semanas y ninguno de nosotros se ponía de acuerdo, proponían lugares como Bosques del Lago, el parque de los remedios, en el mismo Chiluca, etc. Al ver que nadie tomaba decisiones, por mi mente pasaron muchas cosas, como terminar con el proyecto o dedicarme a otra cosa o de plano regresar al XC.
No se veía para donde movernos y poco a poco el grupo se dejaba de interesar en mover las cosas; Tovar al ver que no íbamos por la madera, empezó a desarmar los obstáculos de la pista, dejando la madera a merced de los ejidatarios, los cuales empezaron a llevársela poco a poco.
El final del proyecto y de la pista era más que inminente, las cosas parecían terminar en ese momento. Yo me sentía vacio y solo me quedaba como consuelo, el dedicarme al DH.
Recuerdos de Chiluca
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